Secuestro y muerte del Inca Atahualpa

 Secuestro y muerte del Inca Atahualpa

Libro de Antonio Encinas Carranza


Secuestro y muerte del Inca Atahualpa: Lágrimas del Sol (Spanish Edition) Tapa blanda – Texto grande, 18 Febrero 2024


Después de haber leído a casi a todos los cronistas de los primeros años de la colonización sobre la historia de la invasión, saqueos al Tahuantinsuyo, muerte de los incas y posteriormente las versiones de los historiadores peruanos, saqué mis propias conclusiones, sin menoscabos a la realidad histórica, hasta que pude escribir mis propios argumentos, se trata de una parte de la historia escrita por un puñado de aventureros en busca de riquezas, lo que vino después es otra historia a la que no hay que mezclar, esto es solo la parte inicial.
Esta historia se inicia cuando unos nativos de Tierra Firme cuentan la historia de El Dorado a un hispano recién llegado y este quincuagenario entusiasma a un grupo de personas, se emocionan tanto que terminan haciendo planes para llegar al lugar y termina por originar una violenta incursión que ocasiona graves daños a los nativos, este grupo estuvo capitaneado por el impasible Francisco Pizarro,
Se dice que solo eran un pequeño grupo, que no movilizaron ingentes cantidades de hombres para tal evento, pero solo les bastó un puñado de hombres dirigidos por un veterano de guerra sin escrúpulos que dirigió a un grupo de aventureros decididos a todo y en el camino encontraron a varios grupos de nativos que no estaban de acuerdo con la planificación administrativa de los incas y formaron alianzas, que al final Pizarro aprovechó y sumo fuerzas con estos descontentos.
No es como se dice que fueron solo 120, 140 o 160, las cantidades varían según el gusto, fueron 120 aventureros a los que se les sumaron miles de naturales tallanes, cañaris, huancas, chancas, entre otros.
Si es posible matar por puñado de oro y de puñado en puñado, el oro que robaron lo juntaron hasta sumar una inmensa cantidad con la que hicieron rico al rey español, quién andaba acosado por sus acreedores, a los que les pudo cancelar sus deudas, también se crearon nuevas castas dominantes en la península con el oro manchado de sangre.
Triste historia la de esos años, que sucedió en las tierras de lo que después llamaron Castilla del Oro.
Oro que estuvo manchado de la sangre de miles de hombres y mujeres cobardemente asesinados, historia que surgió en el siglo XVI cuando un grupo de delincuentes invadieron el territorio y avanzaron por todo el territorio del Imperio Inca del Tahuantinsuyo, matando y robando, mismos vándalos del este de Europa cuando cruzaron el Estrecho del Bósforo y los Montes Urales y saquearon, mataron y quemaron Roma y demás pueblos que fueron encontrando en el camino.

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